EDITORIAL: QUE EL RITMO NO PARE

¿O quizás si debería parar?

Últimamente la moda cambia a una velocidad cercana a la de la luz, y en esta editorial quiero invitaros a reflexionar sobre si este ritmo es sostenible o no. 

Desde que el grupo Inditex revolucionara el mundo de la moda, no sólo con la democratización del sector, sino también con la velocidad de cambio de las modas, la velocidad con que cambian las tendencias no ha hecho más que aumentar. Así por ejemplo, las firmas que desfilan en las pasarelas más prestigiosas del mundo, han doblado sus dos colecciones anuales a cuatro, añadiendo las colecciones crucero de otoño y primavera. Lo que es nuevo hoy, mañana ya está pasado y dentro de dos días será retro. Las tendencias cambian radicalmente de una temporada a otra, sumergiéndonos en un consumismo frenético: del minimalismo al barroco, del mini al maxi, de los lisos a los estampados, del colorido más estridente al blanco y negro... cambios que hacen que tus prendas recién compradas ya no se lleven tanto, instándote a comprar otras nuevas. Pero ¿Es necesario cambiar tan continuo? ¿Dónde debe estar la linea temporal que marque lo que es nuevo y lo que no? ¿Debería ser normal que una prenda de menos de seis meses se deje de llevar?

El problema viene intrínseco al propio significado de la moda, y es que ésta es algo temporal, cambiante. Esto, junto con el hecho de que aumente tanto la demanda por el textil low cost, ha dado lugar a la moda de usar y tirar: prendas de baja calidad que se llevan en un momento puntual, ya sea por a influencia de una celebrity o por otro motivo, y que ni si quiera merece la pena conservar porque tras dos o tres usos se han estropeado. Todos tenemos en casa alguna prenda de tus padres o antepasados que conservas cargadas de buenos recuerdos, pero, ¿tenemos nosotros nuestras propias prendas con historia? ¿o ni si quiera somos capaces de conservar algo más de  5 años? 

Algunas firmas internacionales, bajo diferentes lineas, llegan a lanzar hasta 20 colecciones al año, intentando abarcar el mayor número de tendencias posibles y haciendo que la moda sea cada vez más dinámica. La gente cuando llega a una tienda ya no quiere sólo algo bonito, quiere algo nuevo, esa prenda que la dependienta te comunica que acaba de llegar, la última moda. En mi opinión, este ritmo no es ni sano ni sostenible. 

¿Vosotros qué creéis? ¿Debería ser el ritmo de la moda un poco más calmado o preferís que cambie mucho más a menudo?